Las personas con autismo tienen una concepción del miedo muy diferente al del resto de las personas. La forma de concebir el miedo de una persona con autismo, viene determinada en muchos casos por situaciones que generan estrés como un ruido ensordecedor, o una gran concentración de gente, algo común para muchas personas con ciertas fobias.
En muchos otros casos se tratan de temores sin ningún tipo de fundamento, sobre cosas que en apariencia resultan inofensivas: miedo a pasar por un lugar determinado, al ruido de un grifo, al tacto de una esponja… situaciones que desembocan en una situación de descontrol, rabietas y gritos que pueden llegar a convertirse en reacciones agresivas.
El tratamiento del miedo
Evitar el miedo en niños con autismo, es fundamental para que éstos, no afecten a su vida diaria ni a su proceso de continúo aprendizaje. En primer lugar hay que detectar mediante la observación que clase de elementos o situaciones son desencadenantes de este tipo de reacciones de pánico o estrés, para poder evitarlas en la medida de lo posible.
En muchos casos este tipo de miedos suelen durar toda la vida, sin embargo, sí es posible mejorar las consecuencias que tiene para la persona que los sufre mediante una serie de técnicas que sirven de ayuda para controlar las reacciones que se desencadenan.
En cualquier caso son técnicas que deben de iniciarse a través de un especialista en el tratamiento de personas con autismo, para que de su aplicación se obtengan los resultados esperados.